jueves, 14 de mayo de 2015

Auditorio Nacional. Ivo Pogorelich y Rafa Nadal

Si en la actualidad hay un músico polémico, ese es Ivo Pogorelich.

El pasado 11 de Mayo en el Auditorio Nacional de Música de Madrid, con la Orquesta de La Comunidad de Madrid dirigida por Víctor Pablo Pérez sonó el concierto para piano y Orquesta de Schumann a través de las manos de Ivo Pogorelich.

Fue en la segunda parte del concierto (Mención tendrá la primera en otra entrada del blog) donde se pudo escuchar esa forma tan personal que tiene el intérprete.
Ha recibido críticas como pianista un tanto anárquico, que maneja el aire y el tempo a su imagen y semejanza. Excéntrico, poco cuidadoso con las formas. Incluso maniático.
Sin embargo, todo el que tuvo algo de genio, fue un tanto maniático y excéntrico. Escuchar un Schumann perfecto atado a la forma de ver el romanticismo de Shumann es complicado, y cuando uno se acerca a esa perfección es digno de elogio. Pero la música no es solo interpretar lo que el compositor escribió en el pentagrama. Tengo la absoluta certeza de que Shumann, o Hadyn o Brahms, pasado un tiempo de la fecha de sus composiciones, lo tocaban de diferente forma. Dependiendo de las circunstancias. Luego no hay una forma perfecta, aunque sí hay músicos que entiendan más a unos autores u otros.
Pogorelich lleva a Schumann a su interior. Te puede gustar o no lo que exprese, su idea de interpretar, pero la calidad y la ejecución de las obras que toca son ejemplares. La sonoridad y limpieza hacen de él uno de los mejores.
Siempre lleva a alguien para que le pase las hojas, siempre se retira del concierto con su partitura en la mano y vuelve a entrar con ella. Agarra la partitura con las dos manos en medio del concierto para colocarla. Y se levanta de la banqueta repetidas ocasiones con ese pequeño salto. ¿Y qué? Ayer nos brindó con su presencia en el intercambio tocando sin la chaquetilla del frac con las luces a medio encender. ¿Y qué? 
Si Ivo Pogorelich jugara al tenis, se sacara el calzón del culo, se tocara la nariz, se llevara el pelo detrás de la oreja derecha, luego de la izquierda y no pisara las rayas blancas o sus prolongaciones, se llamaría Rafa Nadal y diríamos que es un genio.

Yo soy de Ivo.

lunes, 11 de mayo de 2015

La Habitación de Nona... Y de Cristina

Hace poco fue S. Jorge, el día del libro, y decidí regalarme un libro. Fortuitamente llegó a mis manos un ejemplar de La Habitación de Nona, de Cristina Fernández Cubas editado por Tusquets.

Soy muy aficionado a los libros de relatos. Relatos cortos y no tan cortos. Quizá la teoría Evolucionista de "la necesidad crea el medio" hace que este mundo tan loco y estresante que nos -me- inunda te dé pocas opciones a disfrutar de una grande y larga novela. O quizá porque el género en sí, muy distinto a la novela, me apasione. Sin embargo, cuando empiezas un libro de realtos y te lo lees del tirón, uno tras otro, invirtiendo en dos días el tiempo que le hubieras dedicado a la historia de una novela, la primera de las teorías o razones anteriormente citadas cobra sentido. Y desechas la segunda teoría. Y este fue el caso.

En la Habitación de Nona encuentras una atmósfera agradable que te introduce en la historia. Sea por el primer narrador infantil, sea por la expectación que te generan las primeras frases o sea por el ambiente misterioso y curioso que te engancha.

He visto alguna pincelada de Julio Cortázar. No es mi intención compararlos, pero me han venido a la mente relatos  como Lejana o El otro cielo en el primer relato que lleva el nombre del título y en La Nueva Vida jugando con la realidad. No pude evitar acordarme tampoco de Irene Nemirovsky y sus grandes venganzas servidas en su Baile, por citar una obra, en El Final de Barbro. Y qué decir de Hablar con viejas, terrorífico y escalofriante a lo Poe.  

Un libro de relatos variado, que partiendo de la cotidianidad del día, como cruzar un simple semáforo,  te genera un sentimiento de misterio que te obliga a seguir leyendo. Quizá ahí se encuentre uno de sus éxitos.

Muy recomendable.




sábado, 25 de abril de 2015

Grupo Talía. Requiem de Verdi. Y cuando un silencio vale más que mil aplausos.

Estimado lector:

En todas las temporadas musicales siempre hay obras que se repiten varias veces. Esas obras que dentro de la música clásica figuran como los Clásicos. O lo que también podríamos afirmar, las más comerciales (evidentemente hay que llenar las salas). Entre ellas figuran la Novena Sinfonía de Beethoven, Carmina Burana de Orff, el Requiem de Mozart, el Lago de los Cisnes de Tschaikowsky, el Requiem de Verdi, etc.

He tenido la suerte de asistir a dos representaciones del Requiem de Verdi. Diré, en cuanto a los músicos, que uno de ellos fue profesional  (y cuando digo profesional lleva implícito Orquesta de RTVE y Coro Nacional. Un concierto de alto nivel representativo y de alta calidad. Brillante y genial, sin duda) y otro no-profesional, a cargo de la Orquesta Metropolitana de Madrid y el Coro Talía, bajo la batuta de Silvia Sanz

Liberame Domine de morte aeternamDe este último quiero hablaros, sin despreciar en absoluto al primero cuyas críticas fueron excelentes,  pero el del Grupo Talía, por tratarse de un grupo no profesional pero repleto de grandes músicos merece su gran mérito y reconocimiento. Una muestra de como el talento y el sacrificio altruista pueden hacer la mejor Música al nivel de las grandes orquestas y coros.

Hacer de una orquesta y un coro no profesional lo que se hizo el día 14 de Marzo en el Auditorio Nacional de Madrid a las 22:00, no está al alcance de nadie. O eso creía. Modular esas escalas quasi (de ahí la dificultad) cromáticas, como rayos que caían en el Dies Irae o en el Rex Tremandae atravesando el Auditorio. Un baño de melancolía con una Lacrymosa bien ligada formando una unidad con los solistas. El susurro terrorífico de Quantus tremor est futurus. La interpretación del Liberame fue clara y limpia. Esa limpieza es difícil de conseguir y es un logro para cualquier coro.

Con qué intensidad se ejecutó toda la obra, qué concentración, ni una mirada se desviaba de la directora Silvia Sanz que sacó lo mejor de cada uno, mantuvo su atención y transmitió esa fuerza y tensión de cada momento, pasión, en cada nota, en cada silencio. Entradas y cadencias en un solo golpe de voz, con más de cien voces.  Cien voces que fueron guiadas y arropadas por una Orquesta Metropolitana de Madrid que se mantuvo a la altura, superándose en pasajes complicados, en donde se nota la diferencia y la calidad de una orquesta. Una ejecución a la altura de las mejores orquestas y coros profesionales. Fue un Requiem activo. Un Requiem muy vivo. Para representar una obra fúnebre hay que estar muy vivo. Y el 14 de Marzo viví un Requiem.

Hay que felicitar a los solistas Amparo Navarro soprano, Belén Elvira mezzo, Javier Argulló tenor y Francisco Santiago bajo por su brillante interpretación. Todos ellos con una sólida carrera profesional y un merecido prestigio. Una obra que recurre mucho a los solistas. La mejor ópera de Verdi dicen algunos. Mención especial por mi parte al sólido y brillante timbre de voz de Belén Elvira.

Una obra representada en cualquiera de las artes escénicas puede tener una ejecución perfecta y sublime, pero si no hay conexión con el público queda en nada, en un mero acontecimiento que sucedió y solo forma parte ya de una estadística. Todo lo contrario a esa noche. Silvia Sanz se tomó la licencia de hacer  un pequeño arreglo a la Messa da Requiem de Verdi y añadió un compás más. Un compás de veinte segundos. Un silencio de redonda. Veinte segundos que fueron los que tardó en bajar sus manos y la batuta descomprimiendo esa tensión, ese silencio, esa atmósfera de Requiem. Un aplauso de veinte segundos de silencio. Paradójico. Pero real. La música no concluye con la última nota. La música sigue dentro de uno y hay que escucharla. Exactamente las 24:00 fue la hora en que cayeron las manos de Silvia Sanz, justo cuando muere el día y se "liberó" de la muerte eterna. "Liberame, domine, de morte æterna, in die ila tremenda, liberame, liberame, ... ". 

Y lo mejor de todo es poder decir: "yo estuve allí"

P.D.  Olvidé un pequeño detalle. ¿Alguien vio dónde tenía la partitura Silvia Sanz? Yo no la vi. Si alguien la vio que me lo diga. ¿ O es que dirigió sin partitura? Gracias Silvia.

martes, 7 de abril de 2015

Luces del día. Fundación Juan March

El pasado sábado 28 de Marzo concluyó el ciclo Luces del día en la sala de conciertos de la Fundación Juan march. Un ciclo de cuatro conciertos de piano celebrado los cuatro sábados por la mañana en el mes de Marzo. Ha sido otro de los muchos programas interesantes que nos ofrece la Fundación Juan March dentro de sus actividades anuales.

La idea, con mucho acierto, era representar mediante obras musicales al piano las distintas horas del día, amanecer, mediodía, atardecer y claro de luna. Solo con el "claro de luna" es fácil que se te venga a la cabeza Debussy y Beethoven, incluso algún nocturno romántico. El ciclo, con gran empaque, cubrió gran parte de los estilos músicales y sus épocas, desde el barroco hasta nuestros días. Como fondo en el escanario se proyectaban a tiempo real imágenes del cielo tomadas a la hora representada.

Albert Guinovart fue el encargado de cerrar el último concierto. Hizo las veces de intérprete y de compositor. Un lujo delitarnos con un estreno, su Clar de Lluna. Nos dejó al inicio, en la mitad del concierto y al final, tres de sus obras. Correlativas en el tiempo se pudo ver la evolución de su obra desde un estilo romántico con una armonía clásica hasta una obra más íntima e impresionista con evocaciones a Debussy. Gracias por el estreno.

Con qué limpieza y pulcritud Andrea Baccetti nos permitió escuchar esas Variaciones Goldberg para luchar contra el insominio. Y por qué no permitir el pedal en las mismas en contra de los más puristas. Ni Glen Gould  pero  lejos Daniel Baremboim.

Tamar Beraia pasó por el nocturno nº1 de Chopin como un ladrón de guante blanco en mitad de la noche. Sin sobresaltos, limpiamente, sin hacer ruido. Manteniendo un balance entre ritmo y sonoridad, sin rubatos ni grandes fortes. Genial ese Bártok.

Se notó en Diego Cayuelas que disfruta con Ravel, supliendo quizá la confianza de catedrático que originó cierta impresión de estar pegado a la partitura, como casi una primera lectura en las pequeñas obras de Tchaikovsky. Tirón de orejas. Soberbia Alborada.

Gracias a la Fundación Juan March por estas oportunidades que nos ofrece de poder disfrutar de los grandes genios compositores de la mano de intérpretes de tanta calidad y técnica reconocida.

Si queréis escuchar los conciertos, aquí su link. Por tiempo limitado.


miércoles, 16 de julio de 2014

CHÉJOV y su ENEMIGOS

Hoy es el 110 aniversario de la muerte de Chejov y desde aquí mi pequeño homenaje a uno de los más grandes cuentistas. Sin duda.

Famoso es su cuento La dama del perrito, uno de esos cuentos ejemplo que aparece en todos los talleres de escritura para principiantes. E iniciados! Ese primer párrafo, tan lleno de contenido e información y tan sencillo a la vez. Un principio de enmarcar, que en pocas palabras te acerca al personaje, al ambiente y a la sociedad que envuelve el relato que empiezas a leer.

Menos famoso pero fuerte y trágico es el inicio de Enemigos. Un primer párrafo que con sencillez te sumerge en una nueva historia. Es imposible leer el primer párrafo y no querer continuar. Te describe la situación del momento justo en que al Doctor Kirílov se le muere su hijo de difteria y cómo su mujer cae de rodillas sobre la cama del niño ya muerto cuando suena bruscamente la campanilla de la puerta. ¿Quién puede ser? Te asomas a las primeras palabras del segundo párrafo, te describe físicamente a un padre, médico, desolado, que acaba de perder la batalla por la vida de su hijo. Y cómo le espera un desconocido en la puerta, la casa vacía, para que después, en un estilo directo, le pida el personaje que acuda en su ayuda porque su mujer se está muriendo en su casa.
Simplemente genial, poner en situación a un personaje abatido que acaba de perder a su hijo y que se le pide en ese mismo instante que abandone a su mujer arrodillada junto al cadáver de su niño entre llantos para salvar otra vida.
Si no has leído el cuento, no sigas leyendo, léetelo primero. Porque aún puede dar otro giro la historia y te lo voy a contar. Acepta finalmente la petición, quizá como obligación debido a su profesión, profesión sin vacaciones, ni días de permiso, en aquella época del s. XIX. Cuando llegan a la casa del señor desconocido la mujer no está, ha desaparecido y se ha fugado con su amante. Puso de pretexto su frágil salud en el umbral de la muerte para poder irse. Es una transición entre la tristeza y el odio. Te sitúa la historia en un principio en la tragedia. Una tragedia difícil de superar como es la muerte de tu propio hijo, y cómo, en poco tiempo, desaparece esa tragedia y se convierte en odio. Sin embargo está tan bien enlazado el proceso evolutivo del personaje entre estos dos sentimientos que no te das cuenta. Y acabas con un personaje lleno de odio que no recuerda la muerte de su propio hijo horas antes.
Esta historia, original por un lado, tiene que ser creíble. Es difícil hacer creíbles historias tan alejadas de lo cotidiano, pero es el lenguaje de Chejov el que hace que creas en la historia y en los personajes. Esa sencillez tan difícil de conseguir, en la que todo fluye, como si fuera lo más cotidiano. Ese es el ambiente que crea Chejov en este y otros muchos cuentos. Muchas veces hay que releerse lo leído para darse cuenta de cómo te lo está contando y como te vas metiendo en la historia. Hay que abstraerse y ver con ojos analíticos, fuera de la historia que cuenta, el cómo te lo cuenta.

Sencillamente genial.

viernes, 4 de julio de 2014

VERTEDERO

Manuel Barea
Lengua de Trapo. 2014

Una de las ventajas de la Feria del Libro de Madrid es poder ver y descubrir libros que después no son fáciles de encontrar en tu librería habitual, o que si lo tienen, tienes que preguntar por él ya que no te vas a encontrar una pila del ejemplar recibiéndote en la entrada, o un folleto publicitario cuando vayas a pagar en caja.

Otra de las ventajas es poder hablar con el librero o editor, dejarte aconsejar o simplemente cambiar impresiones. Así conocí Vertedero. Y al menos la existencia de Manuel Barea.

Lengua de Trapo edita el I Premio Valencia de Novela Negra en su Colección Nueva Biblioteca, Vertedero, escrito por Manuel Barea. Su primera novela.
Una estructura original, la voz de narrador en primera y tercera persona y escrita desde diferentes puntos de vista, levanta esta historia en tres dimensiones que llega a un final bien cerrado. Los personajes de esta historia callejera, de barrio, de vertedero, de buscavidas, de sobrevivir, de correr delante de la policía, se ven inmersos en un atraco que va a hacer evolucionar la personalidad de los mismos. Quizá el mayor logro de esta historia son sus personajes, bien definidos, caracterizados y un proceso evolutivo muy notable.
 
¿Un narrador en primera persona, personaje callejero, delincuente, con lenguaje refinado y culto? Al principio puede chocar, pero ¿Por qué no? Le puede dar fuerza al personaje.
¿Es políticamente correcto escribir fonéticamente, tal cual, el acento o forma de hablar de un personaje? "...miro pa vé zi lo veo y loncuentro tirao detrá d'um arbo, muerto de doló..."   ¿Por qué no? Como herramienta para identificar al personaje. Estas preguntas os la dejo a vosotros.

Una buena historia, bien contada, con una buena trama y unos buenos personajes. En definitiva muy recomendable. Yo he disfrutado. Es de esas historias en las que al final coges cariño al personaje. Y eso es un logro. Ahora sólo cabe preguntarse, ¿Cómo será la segunda novela de Barea?

INTEMPERIE

 
Jesús Carrasco
Seix Barral. 2003


Un libro puede ser un regalo. Un buen libro es un muy buen regalo. Hace poco me regalaron "Intemperie" y tengo que decir que fue un muy buen regalo.

Después de terminar de leerlo - disfruté mucho haciéndolo - busqué por internet alguna referencia al libro, alguna crítica, algún comentario. Me pareció un libro singular, un descubrimiento. Pero ya estaba conquistado. Son numerosas las críticas positivas y elogios hacia esta genial obra. Sea ésta una más para resaltar la calidad tanto de esta novela, como de su autor, Jesús Carrasco. Por cierto, olvidé un detalle, es su Ópera Prima.

Un niño se escapa de su casa, huyendo de algo, del 'mirar hacia otro lado' de los que le rodean. Un esceniario de sequía, violento, sin valores, que hace aflorar el verdadero sentimiento de la raza humana. Tanto para lo bueno como para lo malo. El bien y el mal.

A través de la relación del niño con un cabrero y el aguacil, el autor va esculpiendo esta obra con detalle, dándole forma a golpe de palabra y silencios. Una narración con mucha fuerza, cargada de realismo y dramatismo, donde el instinto de supervivencia lucha contra la crueldad del ser humano y la naturaleza.

Me gusta disfrutar de las historias en las que aparecen grandes personajes, personajes que llegas a conocer, con una personalidad marcada. En esta novela se describen perfectamente los personajes, quizá algo frios, en línea con la frialdad del relato, pero la descripción del escenario, muy minuciosa, es algo excepcional, muy cuidada, cada acción es desmenuzada en su mínima expresión, fotograma a fotograma, algo barroca-rococó quizás en algunos fragmentos, que pudiera rayar lo pedante. 

Quizá esto último se deba a la gran riqueza de vocabulario de la que hace alarde, al alcance de eruditos donde no me encuentro. Sin embargo, incluso para un modesto lector como yo, esto no puede ser un dato negativo, sino un reconocimiento.